Cualquiera que siga el día a día del mercado del videojuego es consciente que vivimos una “segunda juventud” de lo que actualmente se conoce como juegos clásicos. Ya sea por la nostalgia de los que ya peinamos canas y crecimos con todos esos títulos, o simple y llanamente por la falta de ideas que parece reinar en el sector, las compañías están aprovechando el filón que les supone tanto reeditar como remasterizar multitud de títulos que tenían guardados en el cajón desde hace años.

Mientras que en otras industrias del entretenimiento que, hasta hace relativamente poco, se las consideraba más asentadas (como la música o el cine) desde siempre se ha preservado y respetado su historia, parece que la industria del videojuego se ha dado cuenta tarde de la importancia de su propio legado, y no ha sido hasta ahora cuando las compañías se han decidido a poner en el lugar que se merecen a todos esos juegos que convirtieron el sector del videojuego en lo que hoy conocemos, y como no, buscando obtener unos más que jugosos beneficios con ello. ¿A qué se debe este inesperado éxito de todo lo relacionado con los juegos clásicos? ¿Somos los propios usuarios los culpables?

Nintendo y sus consolas Mini, se ha abierto la caja de Pandora

Si por algo se ha caracterizado una empresa como Nintendo a lo largo de los años es por saber convertir en oro casi todo lo que toca. Está claro que no han sido ellos los que inventaron el concepto de consolas “Mini”, pero sin lugar a dudas han sido los que más partido han sacado a la idea. Mientras que compañías como ATGames llevan ya unos cuantos años vendiendo productos similares, bajo la licencia de SEGA, con no demasiado éxito (y críticas bastante negativas por parte de los usuarios, debido a su cuestionable calidad) Nintendo, hasta la fecha, ha vendido cerca de 10 millones de consolas (sumando las ventas de SNES y NES Mini) que se acercan peligrosamente al número total de Wii U vendidas a lo largo de todo su período en el mercado. Cuanto menos curioso.

Tras Nintendo, Atari o SNK, SEGA es la última en subirse al carro de las consolas mini y, coincidiendo con el 30 aniversario de su Mega Drive, lanzarán al mercado la versión reducida de la misma

Lógicamente, el resto de compañías quieren aprovechar la oportunidad para coger su trozo del pastel, y tanto SEGA con el anuncio hace unos meses de la que será su Mega Drive Mini y SNK (o lo que queda de ella) con la reciente llegada al mercado de su NeoGeo Mini no han perdido el tiempo. Incluso hemos visto otros lanzamientos, quizá de menor interés para el usuario general, como Commodore 64 Mini o Atari Flashback, que tampoco han querido desaprovechar el tirón, aunque con menos éxito entre el gran público. ¿Qué supone todo esto? Nos encontramos, en apenas dos años, ante una sobresaturación del mercado de este tipo de dispositivos.

Sistemas actuales y tiendas virtuales, clásicos y remasterizaciones

Otro de los básicos a la hora de volver a hacernos pasar por caja son las tiendas virtuales de las consolas modernas. Es un hecho, para las compañías es muy sencillo colocar en sus respectivas tiendas virtuales sus juegos clásicos (en la mayoría de los casos, sin apenas cambios o modificaciones) y obtener con ello jugosos beneficios sin demasiado esfuerzo.

En muchos casos, apenas incluyendo una mejora (o actualización) en aspectos básicos como aumentar o adaptar la resolución del juego en cuestión a los estándares actuales ya es considerado por las compañías como una remasterización, vendiéndonoslo como una mejora suficiente para volver a cobrarnos un juego por el que en ocasiones ya hemos pagado varias veces. En ese aspecto, qué menos que incluir opciones de juego cooperativo online o nuevas funciones, pantallas o algún tipo de valor añadido al usuario que justifique la compra, pero esto es algo que raramente ocurre.

El anuncio por parte de Nintendo de la llegada de juegos de Nintendo NES a la tienda virtual de su última consola implica el paso por caja por enésima vez para jugar a clásicos con más de 30 años a sus espaldas

No es el objeto de este post pero también queremos nombrar la tendencia, tristemente al alza, de las remasterizaciones de juegos con apenas unos años a sus espaldas. Solo hay que ver el catálogo de lanzamientos de consolas como la Nintendo Switch para darse cuenta que una gran parte de sus títulos son juegos que ya disfrutamos en su consola de la anterior generación. Otra muestra mas de la falta de imaginación (y pocas ganas de arriesgar con nuevos desarrollos) que padece actualmente la industria del videojuego. Esto no sólo es patente en la última consola de Nintendo, también podemos verlo (aunque quizá en menor medida) en lanzamientos para PS4 o Xbox One.

Webs de descargas de ROMs. Cierres de páginas y problemas legales

No hay que ser muy espabilado para darse cuenta de que, si las compañías quieren volver a vendernos sus antiguos juegos clásicos, las famosas páginas de descargas de ROMs (que hasta la fecha se habían convertido en casi los únicos que preservaban en cierta forma la historia y el legado del videojuego) eran directamente su competencia. Juegos por los que nos quieren hacer pagar una cantidad de dinero considerable en este tipo de webs se podían conseguir, sin apenas esfuerzo, de forma completamente gratuita.

Es por ello que ciertas compañías, a las que no vamos a nombrar de forma directa, llevan meses poniendo todo su empeño en cerrar este tipo de páginas, y lamentablemente lo están consiguiendo. Los recientes anuncios del cierre de Emuparadise o TheISOzone son una buena muestra de ello. No ponemos en duda que en estas webs se compartía, de forma dudosamente legal, material con derechos de autor. Pero no es menos cierto que gracias a estas páginas, durante años, se ha mantenido vivo el espíritu de los juegos clásicos, siendo los cimientos perfectos para toda esta ola de relanzamientos, consolas mini y todo lo que viene y está por llegar. Muchas compañías deberían recapacitar y pensar incluso en dar las gracias a la gente que durante años ha mantenido vivo su legado.

Las alternativas a los canales oficiales para jugar a videojuegos clásicos son muchas y muy diversas, desde los clásicos emuladores para nuestro ordenador, pasando por dispositivos como la famosa Raspberry Pi, los Android TV o algunas consolas modificadas. Eso si, estas alternativas no son del todo legales en cuanto al uso de roms.

En este caso nos viene que ni pintada esa expresión de que no se le pueden poner puertas al mar y es evidente que, por mucho que lo intenten (como ya pasó, volviendo al anterior ejemplo, en industrias como el cine o la música) no van a conseguir cerrar todas las webs de descarga de ROMs o eliminar la infinidad de repositorios o descargas en comunidades o programas de peer to peer. Quizá ha llegado el momento en el que el sector del videojuego, en vez de intentar sangrar a los usuarios (que a fin de cuentas somos quien mantenemos a la industria viva) debería replantearse la forma en la que preserva su legado, y buscar nuevas alternativas para que, de forma legal, se pueda disfrutar de los videojuegos clásicos. Como siempre, todo esto es una reflexión personal de la que cada uno tendrá su propia opinión.

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