Los que nos seguís habitualmente sabéis que, cada cierto tiempo, nos gusta echar la vista atrás y pararnos a reflexionar por un momento sobre la situación de nuestro hobby. Lógicamente, y como ya he mencionado en publicaciones similares, esto es sólo una opinión personal, y cada cual ha de sacar sus propias conclusiones, conclusiones que nos encantará escuchar y debatir con vosotros en los comentarios de este post o en nuestras redes sociales.

La situación actual de la escena coleccionista en los videojuegos clásicos

Como cualquier otro aficionado al mundillo del coleccionismo, me gusta visitar con cierta frecuencia foros, grupos de redes sociales, chats o blogs relacionados con nuestro hobby. Son más de 20 años ya metido de lleno en esta bonita afición, tiempo suficiente como para haber ido notando cambios en los hábitos de la gente, y en general, en lo que llamamos la escena coleccionista. Pero ha sido en los últimos años cuando he empezado a notar ciertos comportamientos, especialmente en foros y grupos de Facebook, que me chocan.

¿A qué me refiero con esto? Pues básicamente, en que hay muchos usuarios que parece que se preocupen más del precio o rareza de ciertos artículos más de si le gusta o le deja de gustar un título en concreto. Me da bastante lástima entrar en cualquiera de los famosos foros nacionales y contemplar cómo hilos con interesantes y trabajados artículos apenas tienen repercusión, mientras que los hilos de tasaciones o los que tratan temas como precios o revalorización de juegos tienen cientos de respuestas o comentarios.

No son pocos los grupos en redes sociales o los ya mencionados foros en los que el grueso de visitas se concentra en usuarios que entran para preguntar el coste de un título en concreto, a cuánto lo pueden vender o si valdrá dinero o no en un futuro cercano. ¿En qué momento dejamos de hablar de la calidad de un juego, de su jugabilidad o lo que nos aporta como usuarios, para centrarnos sólo en su coste económico? Esto es algo que afecta, y de qué manera, al mercado del videojuego clásico, pero que está ya adulterando también al del videojuego actual.

Es innegable la subida de precios que, en los últimos años, han experimentado los videojuegos clásicos. Algo que indirectamente ha afectado al sector del videojuego actual

El sector del videojuego actual, gran perjudicado por esta tendencia

Es ya un hecho que el coleccionismo en el mundo del videojuego ha llegado para quedarse, no hablamos de una moda pasajera como se podía pensar hasta hace unos años. La revalorización de muchos juegos clásicos ha llevado a algunos a pensar en que quizá esto mismo ocurra en el futuro con los que hoy son videojuegos actuales, y eso ha conseguido que, a día de hoy, no encontremos con algunas situaciones insólitas hasta la fecha.

Es ya algo habitual que en lanzamientos de renombre, las ediciones especiales estén agotadas meses antes incluso de que el juego se ponga a la venta. Los conocidos como reventas se han especializado en hacer su particular agosto con este tipo de ediciones, y no es nada raro encontrar en cualquiera de las numerosas plataformas de compraventa decenas, cientos de estos títulos a la venta el mismo día del lanzamiento, eso si, con un jugoso sobrecoste para el usuario final. Es triste, pero ya es algo con lo que muchos usuarios cuentan y están dispuestos a pagar ese extra con tal de no quedarse sin ese título que llevan tiempo esperando, a riesgo de que no se repongan unidades y no puedan volver a tener la oportunidad de comprarlo.

Una de las últimas muestras de la especulación con videojuegos actuales ha sido lo ocurrido con la edición especial del Zelda Link’s Awakening para Nintendo Switch. Meses después de su lanzamiento, plataformas de compraventa están llenas de unidades a precios bastante por encima de su coste original.

De nuevo volvemos a encontrarnos con la misma situación de la que hablábamos líneas más arriba. Son decenas las publicaciones en webs especializadas, foros, o videos en youtube y similares donde usuarios hacen listados o hablan de los títulos que, en teoría, se revalorizarán o será complicado encontrarlos en un futuro cercano. Esto es un arma de doble filo, pues nos encontramos ante la famosa paradoja del huevo y la gallina. ¿Nos encontramos realmente ante un título escaso y que subirá de precio, o se ha revalorizado por hablar tanto de el, y generar la necesidad en la gente de comprarlo para no pagar un sobrecoste en el futuro?

Es difícil saberlo, pero en los tiempos actuales, en los que gracias a que (o por culpa de, según se mire) todos tenemos acceso de forma inmediata a la información, es sencillo adulterar el mercado. Ya sea con este tipo de publicaciones, o subiendo precios de forma artificial en las aplicaciones y páginas de compraventa, es sencillo crear una idea equivocada del precio o escasez de ciertos artículos, y sobre todo para usuarios recién llegados a este mundillo, es algo peligroso y que puede llevar a conclusiones inexactas.

Todos sabemos que el sector del videojuego, tanto clásico como actual, es un sector que mueve mucho dinero. La demanda en el caso de los videojuegos clásicos no ha parado de crecer posiblemente en los últimos 20 años, y no parece que vaya a hacerlo ahora, pues cada vez son más los usuarios (tanto los que ya peinamos canas como muchos jóvenes) que se suben al carro. Es normal que se hable de precios, costes, rareza y dificultad, cada vez mayor, de encontrar ciertos títulos, muchos de ellos se han convertido en auténticas piezas de coleccionismo, pero todo esto no debería hacernos olvidar que nos encontramos ante videojuegos. 

Si me permitís un humilde consejo, y tras tantos años en el mundillo creo que estoy en disposición de darlo (ya queda a decisión del lector el seguirlo o no, faltaría más) no hay nada más satisfactorio en esta bonita afición que tomarla como lo que es, un juego, y centrarse en disfrutar de cada nuevo título que entra en nuestra colección. Enchufarlo en nuestras consolas, jugarlo, conocerlo y aprender de el. Cuando una colección deja de ser el reflejo personal de un usuario, y se convierte en una cifra, ya sea un número indeterminado de juegos o una cantidad de dinero, esa colección pierde todo su sentido y se convierte en un montón de juegos acumulados sin mayor sentido.

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