Hoy, 23 de diciembre de 2020 ha tenido lugar un acontecimiento que, personalmente, nunca contaba con que se fuera a producir. Como en tantas otras ocasiones un repartidor ha llamado a mi puerta para traer un paquete, pero esta vez no se trataba de un paquete más. Era algo que llevaba mucho tiempo esperando, concretamente cerca de cuatro años desde que realicé el pedido. Como no, hoy hablamos del juego de moda en estos días -al menos, entre los aficionados a los videojuegos clásicos- hablamos de Paprium.

Una caja sellada con el logotipo de Watermelon Games (además del cómic promocional y una bonita postal) es lo primero que veremos al abrir el sobre acolchado que nos entregará nuestro mensajero de confianza

Los que nos seguís con cierta asiduidad sabéis que no es la primera vez que hablamos de Paprium. Durante todo este tiempo hemos ido siguiendo la actualidad de uno de los culebrones que más repercusión ha tenido en el sector en los últimos años. Desde que se anunciara el juego allá por el mes de octubre del año 2012 -conocido como “Project Y” en aquel momento- han sido muchas las cosas que han ido ocurriendo (y también destacables han sido las que no ocurrieron y sí deberían haber ocurrido) pero hoy, por fin, podemos decir que la larga espera ha llegado a su fin. Más tarde nos centraremos en los claroscuros que ha tenido el proyecto de los chicos de Watermelon Games, pero vamos en primer lugar con lo que nos interesa, el juego en sí.

La edición por la que aposté en su momento es la edición limitada Europea. A nivel de packaging, nos encontramos con un diseño de caja bastante particular. En forma y tamaño, al menos a nivel externo, nos recuerda a una caja clásica de Mega Drive, pero nada más lejos de la realidad. Al abrirla, nos sorprende una caja desplegable de cartón, trabajada con cariño y de materiales de calidad bien acabados, y aunque a nivel estético el resultado es espectacular, el diseño es arriesgado y a la larga compromete la durabilidad del producto. Buen detalle también, sobre todo por el mencionado formato de la caja, el presentarlo en un blister rígido de plástico que facilita su conservación. Encantará a algunos, y no gustará a los defensores del clásico formato de cajas de SEGA Megadrive. Sea como sea, nos encontramos ante un producto que, en su embalaje, rezuma calidad por los cuatro costados.

Este es el contenido de la edición especial (en su versión europea) Destacar que la edición viene numerada (a mano) con una tirada de 1.990 unidades.

Como no podía ser de otra forma, el juego incluye un extenso manual de instrucciones a todo color, gran detalle cada día más olvidado en la industria actual del videojuego. El cartucho, de un bonito color morado, se presenta dentro de un blister, como si de una pastilla de paracetamol se tratase, que la verdad resulta bastante curioso. Hay que reconocer que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Cierran esta edición limitada un pequeño set compuesto por un póster, flyers, etc. Todo con un diseño bonito y bien realizado.

Tras deleitarnos con el momento del unboxing y manosear durante un rato el cartucho, caja y manuales ha llegado el momento con el que llevábamos soñando casi ocho largos años. Antes de cumplir con el ritual de enchufar el cartucho en mi querida Mega Drive, la misma que lleva conmigo cerca de 30 años, no son pocas las preguntas que se me vienen a la cabeza. ¿Estará el juego a la altura de las expectativas generadas? ¿Será un juego terminado o, visto lo visto con el desarrollo, algo mal acabado y enviado como sea para salir del paso? Preguntas a las que espero tener respuesta en un corto período de tiempo.

Trailer original de Paprium, si queréis ver gameplays completos del juego podéis acudir a YouTube, por nuestra parte, no hemos querido hacer spoilers, merece la pena descubrir el título por uno mismo!

Una de las primeras cosas que llamará la atención del jugador es su excelente apartado sonoro. Desde un primer momento, nuestros oídos son regalados con melodías muy cañeras, especialmente compuestas para la ocasión, y con un sonido que pone al límite a nuestra querida Mega Drive. Si no me equivoco, el cartucho incluye un chip de apoyo para mejorar aún más este apartado, gran detalle que no dejará indiferente a los oídos más exigentes. Por supuesto, y especialmente si jugáis con una Mega Drive 1, es recomendable sacar el audio a través del puerto jack ubicado en el frontal de la consola.

Comencemos ya con lo que nos interesa, el juego propiamente dicho. No vamos a entrar hoy en excesivos detalles a nivel de historia o desarrollo del juego como tal, eso preferimos dejarlo para que seáis cada uno quienes lo descubráis por vosotros mismos, por lo que no os preocupéis, este post es spoilers-free. Sí nos centraremos en el apartado técnico y visual del juego, apartado que francamente me ha sorprendido gratamente.

No os voy a engañar. Yo era muy escéptico con todo lo relacionado con Paprium. Si hace una semana alguien me dice que hoy iba a estar con el juego enchufado en mi consola y disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía con un nuevo juego para la que es una de mis consolas favoritas no habría hecho otra cosa que soltar una sonora carcajada. Pero, al menos en ese aspecto, no me queda otro remedio que hincar rodilla y reconocer que hoy por hoy nos encontramos ante uno de los mejores beat’em ups aparecidos para cualquier consola de 16 bits. Para ser justos, se hace complicado comparar un juego desarrollado actualmente con títulos lanzados en los años noventa. No sólo por la mejora en cuanto a herramientas de desarrollo, si no por que Paprium incluye apoyos externos que no incluían los juegos de la época. Esto no significa que no nos encontremos ante una proeza a nivel técnico, en momentos, cualquiera diría que estamos jugando a un juego de CPS o NeoGeo y no ante un título para SEGA Mega Drive.

Sorprende el enorme tamaño de sus sprites. Impresiona ver unos personajes de éste tamaño en un juego para la 16 bits y de SEGA. Y no sólo eso, si no lo bien diseñados que están y la fluidez de sus movimientos y animaciones. Tanto los personajes principales como los enemigos -donde cómo no, nos encontramos con los clásicos punkis, cachitas, macarras, etc- gozan de un excelente trabajo creativo. Como suele ser habitual en este tipo de juegos, los enemigos pueden llegar a hacerse algo repetitivos, pero nada fuera de lo habitual. Otro de los detalles a destacar es el elevado número de enemigos que, de forma simultánea, aparecen en pantalla. Creo que he llegado a contar hasta 8 sin producirse ralentizaciones aparentes. Igualmente llamativo es lo bien que han sabido jugar con los diferentes planos de scroll , no sólo en los propios escenarios, si no con enemigos u objetos que aparecen “por delante” de la acción del juego.

El diseño de escenarios goza también de un nivel altísimo. Variedad de diferentes ambientaciones, con muchos detalles y recursos visuales que redondean un apartado técnico espectacular. No faltarán los carteles de neón, grafittis, contenedores de basura y todos los recursos habituales del género. Este juego no es sólo un juego más, si no todo un homenaje al género de los beat’em up, género que tan buenos momentos nos regaló en plenos años noventa y que, a día de hoy, está prácticamente olvidado.

A nivel jugable de nuevo poca objeción. Sí que es cierto que quizá sea el apartado menos redondo del juego, pues es el único donde puedo poner alguna pega. En algunos momentos, especialmente cuando estamos rodeados de varios enemigos, cuesta atinar a donde quieres poner el golpe, llevando a algunas confusiones por ejemplo agarrando a un enemigo sin querer o fallando un golpe que parecía claro. Pero como digo, son cosas muy puntuales que no empañan un juego bien acabado. Los movimientos son fluidos, y el personaje responde bien a nuestros mandos. Destacar también que la dificultad del juego no es muy elevada. Jugando en el modo “muy difícil”, el a priori más complicado que te deja seleccionar, el juego no supone un reto complejo para cualquier jugador habituado a este tipo de género, se echa de menos un modo que de verdad suponga un reto para los usuarios más experimentados.

En resumen, y sin extendernos mucho más en este aspecto, repito, nos encontramos ante uno de los mejores juegos del género para nuestra querida SEGA Mega Drive -y posiblemente, ante uno de los mejores de su generación-. No me gusta entrar en comparativas con otros títulos, se me hace complicado ponerlo cara a cara con pesos pesados como Streets of Rage 2 o Final Fight CD pero decir que si os gustan estos títulos, Paprium no os defraudará.

Un detalle que quiero resaltar y que es un problema bastante grave -que me temo que afectará a muchos usuarios- son los problemas que el juego está dando con ciertos modelos de MegaDrive, concretamente con muchas MegaDrive 1. He probado el título en cuatro consolas, dos de ellas del primer modelo (concretamente modelo PAL-G 1601-18) y en ninguna de ellas funcionaba. La primera, tiene hecho un MOD de Hz + región, pero la segunda está sin modificar. Sé de gente que no ha tenido problemas con este mismo modelo, pero en mi caso, no ha funcionado en ninguna de ellas. Por otro lado, tanto en una MegaDrive 2 como en una SEGA Nomad no he tenido problemas a la hora de jugar, pero me sorprende bastante la cantidad de problemas que está habiendo con la compatibilidad con el primer modelo de la 16bits de SEGA, algo imperdonable, sobre todo de cara a disfrutar del apartado sonoro del juego como se merece.

Punkis, cachitas, grafitis, extintores… toda la esencia del género reunida en un sólo cartucho. A lo largo del título, hemos visto varias referencias a varios clásicos de los beat’em ups, gran detalle del equipo de Watermelon

Por otro lado, y algo que por desgracia está siendo también un problema general con el juego, es que el cartucho llegue con el embellecedor metálico interior suelto, lo que no sólo provoca que suene -como si de una maraca se tratase- cuando se mueve el cartucho si que pueda producir daños a algún componente a la larga. En mi caso, me he decidido por abrir el cartucho para extraerla, pero personalmente pienso que es un detalle bastante negativo que afea el lanzamiento, y más teniendo en cuenta lo cuidados que están el resto de detalles.

Ahora bien, visto y comentada la parte bonita de la historia, y reconociendo que nos encontramos ante una historia con final feliz, no podemos obviar la parte oscura de éste lanzamiento. No vamos a entrar en detalles del por qué de los retrasos o lo bien o mal que lo han gestionado desde Watermelon, eso es algo de lo que ya hemos hablado aquí, y se ha hablado en muchos otros sitios largo y tendido. 

Habiendo jugado ya al juego y viendo de primero mano que nos encontramos ante un gran título, no se entiende la extraña razón por la que no se fue informando a los usuarios  -especialmente a los que habíamos ya pagado nuestro juego- de los avances en el desarrollo. Me es imposible entender el por qué, y principalmente debido a la mencionada falta de información, se alimentaron todos los rumores de estafa, fugas con el dinero o las historias rocambolescas que se han ido comentado durante todo este tiempo. Algo incomprensible desde un punto de vista comercial.

Tampoco ayudó el que, literalmente, desapareciera la web oficial de la compañía durante meses, o que anunciaran que se iban a realizar reembolsos de dinero a todo aquel que lo solicitara y que se cumpliera en un reducido porcentaje de casos. Inexplicable, sobre todo viniendo de una empresa que ya tenía cierto bagaje  en el sector, con desarrollos a sus espaldas como el famoso Pier Solar, juego que también sufrió retrasos en su lanzamiento, pero la comunicación de cara al usuario fue completamente diferente a la que ha sido en esta ocasión. Una nefasta atención al usuario, a sus clientes, que no debemos olvidar por mucho final feliz que haya tenido la historia, pues todo esto empaña el esfuerzo y trabajo que hay detrás de otro proyectos similares y fomenta la desconfianza en campañas de financiación o lanzamientos de compañías independientes.

Dicho esto, y tras este pequeño tirón de orejas, ahora toca disfrutar del juego. En fechas como las encontramos, nada apetece más que una tarde de manta y sofá, con una buena rebanada de pan tostado embadurnada en nocilla y nuestra querida y vieja MegaDrive dándolo todo con un buen cartucho como este Paprium insertado en su slot.

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