Posiblemente una de las historias más curiosas del mundo del videojuego es la de la fallida colaboración entre Sony y Nintendo que, allá a mediados de los años 90, pudo terminar con una consola Super Nintendo con lector de CD en el mercado que nunca llegó a ver la luz. Durante algún tiempo incluso se pensó que no salió de la mesa de diseño, pero con el tiempo un cazatesoros encontró el único prototipo que se conoce hasta la fecha, y que ahora anuncia se será subastado el próximo año.
Inicialmente, el prototipo de encontraba en mal estado de funcionamiento, y fue el famoso modder y experto en hardware de consolas clásicas Ben Heck quien la devolvió a la vida. Ben Heck conoció a su actual propietario, Terry Diebold, en una feria que tuvo lugar en Estados Unidos donde éste mostraba la consola, y tras una conversación entre ambos Ben convenció a Terry de que sería capaz de repararla, y no faltó a su palabra.
Fue hace unos meses cuando su propietario dejó caer que posiblemente pondría la consola a la venta en un futuro cercano, y ha sido ahora cuando se ha anunciado que ésta saldrá a la venta en subasta, a través de la conocida casa de subastas Heritage Auctions (de la que ya hablamos hace unas semanas tras otra sonada subasta del mundo del videojuego) durante el próximo mes de febrero.
Especular sobre qué precio alcanzará es algo aventurado, pues no hay referencias ni casos previos similares de ventas anteriores. Nos encontramos ante el que muchos consideran El Santo Grial en cuanto a piezas de hardware se refiere, un sistema que, de haber salido al mercado, podría haber cambiado la historia del videojuego tal y como lo conocemos hoy. El propio Terry Diebold afirma que ya ha rechazo varias ofertas a lo largo de estos años y que alguna de ellas alcanzó la impresionante cifra de 1.200.000$, cantidad que personalmente me cuesta creer que sea real y que considero más una campaña de marketing de cara a la subasta, aunque visto lo visto en el sector en los últimos meses no podemos descartar nada.
Sea como sea, seguiremos con interés el desarrollo de los acontecimientos, y veremos si con esta subasta se marca un nuevo hito en la incipiente historia del coleccionismo de videojuegos clásicos. Aunque posiblemente la consola termine en manos de algún acaudalado coleccionista, piezas como ésta deberían conservarse por algún museo o fundación.
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