Si hay una saga que parecía haber quedado estancada en la década de los 90, sin recibir títulos de renombre desde entonces, esa es la de nuestro querido erizo azul, Sonic. Sin duda alguna, el salto a las tres dimensiones no sentó nada bien a la mascota de SEGA, del que desde el aclamado Sonic CD (lanzado en exclusiva para el add-on de MegaDrive, el Mega-CD) no había recibido ningún título que hiciera honor a su legado, mas allá de algunas entregas resultonas para la GameBoy Advance de Nintendo, ya en la época de SEGA como desarrolladora third party.
Tras el fallido intento de volver a sus inicios como juego de plataformas en dos dimensiones con Sonic 4, juego no del todo redondo y que en su momento recibió (y con gran parte de razón) más criticas que alabanzas, nos llega ahora este Sonic Manía, que pretende devolver una gran franquicia como lo es Sonic The Hedgehog al lugar que le corresponde, y tras probarlo durante un buen rato podemos confirmar que vaya si lo consigue… y con nota.
Hace ya unos días que Sonic Manía está disponible en las tiendas digitales para casi todos los sistemas actuales del mercado (PS4, Xbox One, Switch y Steam para PC) y desde entonces no ha dejado de recibir alabanzas por parte de la gran mayoría de medios especializados.
Desde un primer momento, el juego rezuma un aire a los clásicos de la época de los 16 bits que sin lugar a dudas no dejarán indiferente a ninguno de los que, en su momento, pudimos disfrutar de las aventuras de Sonic en nuestras consolas clásicas. El título nos recibe (tras el ya famoso SEEEGA, algo que no podía faltar en un título como este) con una genial intro animada, de un corte muy similar a la famosa serie animada de Sonic de los 90, que hará que a más de uno se nos ponga la piel de gallina antes si quiera de comenzar el juego.
Metiéndonos ya en faena, la primera impresión que Sonic Manía nos aporta es el estar de vuelta a esas largas tardes de verano con el mando de nuestra MegaDrive en un mano y el bocadillo de Nocilla en la otra, sin más preocupación que llegar hasta el final de nuestro juego favorito. A nivel gráfico, y mas allá de algunos efectos visuales algo más complejos de a lo que nos tenían acostumbrados, nos encontramos ante un juego que perfectamente podría haber aparecido en nuestras queridas consolas de 16 bits, con un diseño tanto de escenarios como de personajes sublime, toda una oda al pixel art que demuestra que no sólo de polígonos viven los juegos actuales.
Ya habíamos visto en los numerosos videos que se habían ido publicando previos al lanzamiento cómo iba a ser este Sonic Manía y muchos nos preguntábamos si la jugabilidad (algo de soberana importancia en un título de estas características) estaría a la altura, y tras jugar unas horas podemos decir sin miedo a equivocarnos que lo está. El control es todo lo que podíamos esperar, ni más ni menos. Preciso, rápido y prácticamente calcado a lo que Sonic 3 o el ya mencionado Sonic CD nos legaron en su momento. Hay que destacar la fluidez del juego, que corre a 60 frames por segundo y a una resolución de 1080p (720p en el caso de jugar en el modo portátil de Nintendo Switch), y donde todo se mueve con una suavidad que mejora aún si cabe la experiencia en un título donde la velocidad a la que se mueve la pantalla es uno de sus puntos fuertes.
El nivel de dificultad es, en cierto modo, elevado si lo comparamos a títulos actuales, pero no se aleja de la dificultad de juegos similares de la época de los 8 y 16 bits. Para los menos habilidosos, gustará saber que tenemos la opción de guardar nuestra partida según vamos avanzando, algo que como muchos recordaréis no estaba disponible en gran parte de los títulos de antaño. Destacar también que podremos elegir entre Sonic, Tails y Knuckles para completar el juego, cada uno con sus propias habilidades y particularidades de siempre.
El juego contiene 12 zonas diferentes, donde además de viejos conocidos como Green Hill, Chemical Plant o Lava Reef entre otros encontraremos también 4 nuevas zonas especialmente diseñadas para la ocasión. Las zonas “clásicas”, pese a mantener tanto el aspecto de siempre como sus enemigos o melodías, están completamente rediseñadas. Mención especial al mapeado de los escenarios, que siempre merece la pena perder unos minutos en explorar aunque la velocidad del bueno de Sonic nos incite a terminarlos a toda prisa. También, y como venía siendo una costumbre, nos encontraremos con varias fases de bonus donde poner a prueba nuestra habilidad, que pese a estar diseñadas en tres dimensiones conservan todo su aire retro polígonal, como si de un clásico de MegaDrive se tratase (de hecho, son calcadas a las que ya pudimos ver en Sonic 3 o Sonic CD).
En resumidas cuentas, un título más que destacable para cualquier jugador que quiera volver a experimentar la jugabilidad y el buen hacer de los juegos de los 90, la época dorada del videojuego plataformero, y un imprescindible para los amantes de la franquicia del erizo azul, que sin duda estamos de enhorabuena al recibir un título de estas características a día de hoy, con toda la esencia de los clásicos y sin experimentos raros que seguramente hubieran afeado la genial experiencia que supone este Sonic Manía. No nos queda otra que enviar nuestras más sinceras felicitaciones para SEGA y todo el equipo que ha hecho posible la vuelta de nuestro querido Sonic por todo lo alto, y demostrar con ello que los píxeles están más de moda que nunca. Sólo podemos mandarles un pequeño tirón de orejas por no haber editado el juego en formato físico, algo que se rumorea que tarde o temprano terminará haciéndose realidad, pero por ahora nos tendremos que conformar con la versión digital al precio de 19,90€.
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