Desde hace unos días está entre nosotros uno de los títulos más esperados, al menos en cuanto a lo que se refiere a remakes, de lo que llevamos de año. Muchos esperábamos con expectación a ver qué nos ofrecía este nuevo juego de los chicos de SquareEnix, y si se trataría sólo de un lavado de cara a nivel gráfico de una de las obras maestras de los 16 bits o de algo más, y como suele ocurrir en estos casos, nos encontramos ante sentimientos enfrentados.

La primera pregunta que nos asalta en estos casos suele ser siempre la misma: ¿es realmente necesario un remake de un juego considerado casi perfecto en la mayoría de sus aspectos? Los argumentos son múltiples, adaptarlo a las exigencias actuales, un lavado de cara para abrirse mercados a las nuevas generaciones de jugadores, añadir nuevas funcionalidades respecto a la versión original, etc. Sí, muchas de estas afirmaciones pueden llegar a ser razonables, pero al final el poso que nos suele quedar en estos casos es el mismo, y no es otro que aprovecharse de la nostalgia del jugador que sí lo disfrutó en su día para volverlo a vender.

Centrándonos en el aspecto técnico de este remake, lo que más salta a la vista es su nuevo apartado visual. Pese a ser correcto, hay que reconocer que muchos esperábamos algo más. Puestos a realizar un remake para sistemas actuales, lo lógico sería intentar aprovechar al máximo lo que éstos ofrecen, y en este caso da la sensación que se han quedado a medio camino. Los simpáticos diseños tanto de escenarios como personajes perfectamente podrían haber estado presentes en un juego de la anterior generación de consolas, y a nadie le habría sorprendido.

Mucha gente ha echado de menos, como si ocurre en otros remakes de este tipo, el poder cambiar de los gráficos tridimensionales a los gráficos originales durante el juego, algo que al menos si ocurre con el apartado sonoro, detalle que se agradece. Por otro lado, se mantiene de forma bastante fiel la disposición y diseño de escenarios, sistema de control y combates, y desarrollo de la historia en general, algo que traerá muy buenos recuerdos a muchos de los veteranos que den una oportunidad a este título y que quizá sorprenda a muchos de los que lo descubran por primera vez. Podéis echar un vistazo a esta comparativa que han realizado los compañeros de Digital Foundry donde comparan ambas versiones:

En general, nos encontramos ante un título correcto, y que ya sólo por el volver a disfrutar de una de las tramas más alabadas de la historia de los videojuegos (en esta ocasión, en perfecto castellano) puede merecer la pena su compra (disponible para PS4, PS Vita y Windows PC a un precio de 34,95€). Aunque personalmente, y seguramente la mayoría de los que os dejáis caer por aquí pensaréis algo parecido, no veo el motivo por el que no jugarlo en su plataforma original, y volver a disfrutar de la aventura que a muchos nos encandiló hace ya casi 25 años. Lanzamientos con este remake hay que tomarlos casi como un homenaje, pero nunca olvidar el legado de obras maestras como Secret of Mana. Qué rápido pasa el tiempo, aunque por algunos juegos no lo parezca.

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