Cualquiera de los que nos estéis leyendo seguramente ya os habréis enterado. Hace poco más de 48 horas, SEGA confirmó oficialmente el lanzamiento de la que será la cuarta entrega de una de sus franquicias más queridas y recordadas: Streets of Rage 4. A los pocos minutos de compartir el trailer, en el que se podía ver una impresionante secuencia animada junto a unos pocos segundos de gameplay, las redes ardían con todo tipo de comentarios, desde las más variopintas alabanzas hasta las más duras críticas. Repito, con tan sólo unos segundos de gameplay mostrados por parte de SEGA.

En este post no queremos hablar en concreto del lanzamiento de Streets of Rage 4 (franquicia de la que os puedo decir que soy un incondicional desde que cayó en mis manos, hace ya algunos añitos, una Mega Drive con el famoso Megagames que contenía la primera entrega) si no de tantas sagas que están volviendo a los sistemas actuales, y que en muchos casos están generando una gran polémica. Hablamos de juegos como Windjammers 2, Wonder Boy: The Dragon’s Trap, ToeJam & Earl: Back in the Groove, Toki y como no, esta nueva entrega de Streets of Rage.

Los gráficos, el eterno debate

Sin duda alguna, uno de los temas que genera más controversia a la hora de anunciar este tipo de lanzamientos es su apartado gráfico. Son muchos los que se decantan por un apartado visual más conservador, lo que hoy llamamos pixel art, mucho más cercano a lo que originalmente hubiera sido. Lógicamente, no se trata de lanzar un juego para un sistema actual con un apartado gráfico de los 90s, pero sí mantener esa esencia pixelada que tanto gusta. Hay buenos ejemplos de a lo que nos referimos, quizá el más aplaudido de ellos sea Sonic Mania, un juego que ha llevado esto hasta la máxima expresión, y de gran éxito de ventas y crítica.

Sonic Mania es, desde nuestro punto de vista, una de las mejores muestras de que si se quiere, se puede hacer un gran juego con gráficos a la vieja usanza, eso sí, a 60fps y en alta resolución

Por otro lado, y lo que parece que últimamente es la tendencia al alza, tenemos los juegos que nos presentan unos gráficos de estilo alta resolución o hand draw, como pueden ser este Streets of Rage 4 o Windjammers 2, juegos con un apartado visual trabajado y detallado, pero que se alejan de lo que nos mostraban originalmente sus predecesores, algo que no es ni mejor, ni peor, simplemente diferente.

Como todo en esta vida, y como vemos en nuestro día a día, cuando dos posiciones se enfrentan, saltan chispas. Sólo hay que darse una vuelta por las redes sociales para ver las duras críticas que se vierten entre unos y otros en defensa o en contra de cualquier lanzamiento de estas características, y cuanto más querida o más nombre tenga el juego o franquicia en cuestión (como el caso de Streets of Rage 4) la cosa se recrudece.

El remake de Toki ha sido otro de esos juegos que nos ha traído el debate del apartado gráfico, siendo objeto de críticas por parte de muchos de los amantes del clásico arcade

Nostalgia, carisma y sentido común: hagamos caja con ello

Nos guste reconocerlo o no, todos los que somos aficionados al sector del videojuego clásico nos vemos movidos en mayor o menor medida por un gran sentimiento de nostalgia. Somos muchos los que tenemos ciertos juegos o sagas puestas en un pedestal, y siendo sinceros, ningún nuevo juego que lance colmará nuestras expectativas, expectativas que están llenas y motivadas por recuerdos y vivencias de nuestra infancia que difícilmente se verán superadas por un juego actual. No es culpa del juego o sus gráficos, es culpa de nuestro subconsciente, de nuestro yo infantil que sigue ahí esperando ese bocata de Nocilla que nunca volverá a saber igual.

Movidos por todos estos sentimientos, y viendo las compañías el filón que hay en todas esas generaciones que hemos crecido a la sombra de sus juegos (y que ahora tenemos ya cierto poder adquisitivo) vivimos una época en la que todo lo que huela nostalgia vende, y mucho. No solo tenemos el ejemplo de este tipo de lanzamientos, hemos podido ver también la locura generada alrededor de las NES y SNES Mini de Nintendo (uno de los grandes éxitos de ventas de los últimos años) o los continuos relanzamientos de ROMs de juegos clásicos en las consolas virtuales de casi cualquier consola actual. Es un mercado que ninguna compañía se quiere perder.

Secret of Mana Remake ha sido otro de esos relanzamientos que ha generado mucha polémica. No han sido muchos los que han considerado este juego a la altura del clásico original, siendo visto como un buen ejemplo de sacacuartos

Juegos clásicos, desarrollos actuales

Otra de las quejas recurrentes en la gran mayoría de este tipo de anuncios es la, por lo general, falta de miembros de los equipos originales de desarrollo en los nuevos juegos. Si bien es complicado en muchas ocasiones que esto pueda darse (en algunos casos, muchos de ellos estarán ya incluso disfrutando de su jubilación) en otros casos nos chirría un poco que gente como el gran Yuzo Koshiro, creador de la banda sonora de los primeros Streets of Rage, no vaya a estar presente en esta nueva entrega cuando aún está en activo. Si bien como decimos se hace difícil que al menos parte de los equipos originales estén presente en los nuevos desarrollos, es de esperar que, al menos, se respete la esencia que hizo grande en su día a estos títulos.

También es tema controvertido lo que comúnmente se denomina el adaptar los juegos a las tendencias actuales del mercado, o lo que es lo mismo, adaptar su jugabilidad y dificultad a los estándares de los juegos de hoy. Todos los que disfrutamos de la época dorada del videojuego hemos visto como la dificultad de los juegos ha ido a la baja, algo que es patente también en muchos de estos relanzamientos. El ajustar la jugabilidad como la mencionada dificultad para que tanto los jugadores más exigentes como las nuevas generaciones puedan disfrutar de un mismo juego es algo muy a tener en cuenta para poder llegar a todo el público, y algo que por desgracia no siempre se tiene en consideración.

No todo son gráficos, y en juegos arcade de este tipo la jugabilidad es seguramente el apartado más importante. Esperemos que en ese aspecto hayan mantenido la esencia de los Street of Rage originales

La falta de imaginación y nuevas ideas en un sector cada vez más enquistado

Otro de los factores determinantes a la hora de plantearse este tipo de lanzamientos es la evidente falta de ideas en el sector del videojuego. A diario escuchamos noticias de nuevos remakes o relanzamientos de franquicias, como los recientes anuncios de Resident Evil 2 Remake u Onimusha entre muchos, muchos otros. Para las compañías, es mucho más sencillo coger un juego de gran éxito en el pasado y traerlo de vuelta a nuestras consolas actuales, sólo con el nombre, ya tienen la mitad de las ventas aseguradas.

Lo sabemos, desarrollar un juego desde cero (y más si se trata de una nueva franquicia, desconocida para el gran público) es muy arriesgado y es una inversión muy elevada en la que no muchas compañías quieren (o pueden permitirse) meterse. Industrias como el cine viven una situación similar, y francamente, es algo que a muchos nos empieza a cansar. Por suerte, hay compañías como CD Projekt con su Cyberpunk 2077 o Rockstar con sus GTA o Red Dead Redemption que demuestran que tras una buena inversión y años de trabajo, el esfuerzo puede merecer la pena.

En resumen, personalmente me declaro muy a favor de recuperar esas sagas que en su día nos hicieron disfrutar en nuestras viejas consolas, pero siempre que se haga con el cariño y respeto que se merecen. Si lo que buscan con ello es vendernos productos de baja calidad apelando a nuestra nostalgia que, al menos con mi dinero, no cuenten. Nos gustaría conocer vuestra opinión al respecto, como siempre tenéis disponibles tanto los comentarios del propio post como nuestras redes sociales para hacerlo.

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