Esta semana nos trasladamos casi 30 años atrás en el tiempo para recordar uno de esos juegos que, por méritos propios, se ha convertido en toda una leyenda de la historia de los videojuegos. El género de los beat’em up (también llamados brawlers, o avanza y cárgate a todo el que se te ponga delante) es uno de esos géneros que con los años ha ido perdiendo protagonismo en las videoconsolas actuales, algo que quizá engrandezca la leyenda de títulos como el que tratamos hoy, Street Gangs.

Street Gangs (o River City Ransom como se le conoce fuera de nuestro territorio) es posiblemente uno de los mejores exponentes del género de la generación de los 8 bits. Desarrollado por Technos Japan y lanzado al mercado en 1989 (a España llegó en 1991, distribuido por Infogrames) es uno de esos juegos que, pese a no tener una gran distribución en su momento (en nuestro territorio) es recordado por muchos gracias a su gran calidad pero sobre todo a sus tremendas cotas de diversión y su endiablada jugabilidad. Un juego imprescindible del catálogo de Nintendo NES, sobre todo si hablamos de su adictivo modo multijugador, donde la diversión junto a un compañero de juego se multiplica hasta límites insospechados.

El juego pertenece a la saga japonesa Kunio-kun, saga de la que también forman parte otros juegos como Nintendo World Cup (del que ya hablamos hace unas semanas), Renegade, Crash ‘n’ the Boys: Street Challenge o Super Dodge Ball (estos tres últimos nunca llegaron a Europa, aunque si aparecieron en el mercado norteamericano). Saltan a la vista las similitudes, especialmente a nivel gráfico, de unos juegos a otros, con una estética cartoon que se convirtió en una de las señas de identidad de la franquicia. Otro punto a remarcar, algo habitual por aquellos años, es que los juegos fueron modificados en cuanto a detalles de la historia para adaptarse a los gustos occidentales respecto a sus versiones japonesas.

De izquierda a derecha Street Gangs, Crash ‘n’ the Boys: Street Challenge, Nintendo World Cup y Super Dodge Ball. Son más que evidentes las similitudes gráficas entre ellos, manteniendo la misma estética que se convirtió en uno de los puntos fuertes de la franquicia

El juego nos pone en el pellejo de Alex y Ryan, dos “aplicados” estudiantes de instituto que, estando una mañana de pellas (haciendo novillos) tuvieron que ver como un malvado pandillero conocido como Slick se hizo con el control de su instituto, reteniendo a sus compañeros de clase e incluso a la novia de Ryan. Como no podía ser de otra forma, deberemos enfrentarnos a toda su horda de compinches hasta acabar con todos ellos, incluido su líder, y liberar a nuestros compañeros. Para ayudarnos en esta complicada tarea contaremos no sólo con la ayuda de nuestros propios golpes, también encontraremos a nuestra disposición multitud de armas con las que acribillar a nuestros enemigos, desde piedras hasta cadenas o palos, todo un clásico en este tipo de juegos.

Street Gangs destaca frente a otros representantes de su género al incluir toques de Action RPG, como mejoras de habilidades o compra de objetos. Gráficamente nos encontramos ante un juego muy trabajado, y más teniendo en cuenta que fue lanzado en 1989. Los escenarios, muy detallados y coloridos, nos muestran diferentes localizaciones clásicas japonesas. Los personajes igualmente presentan un nivel de detalle admirable, especialmente en cuanto al diseño de sus rasgos faciales, gestos o animaciones, donde también hace gala el gran sentido del humor del equipo de desarrollo del juego, los gestos de los enemigos a la hora de recibir golpes son desternillantes. A nivel sonoro, las pegadizas melodías cumplen con su cometido, al igual que los diferentes sonidos y efectos, más que decentes tratándose de un sistema de 8 bits, pero sin alardes.

Renegade, juego que nunca llegó a Europa para la 8 bits de Nintendo, es considerado por muchos el padre espiritual de Double Dragon, en el que parte del equipo de desarrolló que lo creó formaba parte de Technos Japan durante la creación de Renegade

Sin duda, todo un clásico de un sistema como Nintendo NES y un gran representante de un genero a día de hoy casi olvidado por las nuevas generaciones de jugadores. A nivel coleccionista, no es sencillo hacerse con una unidad en su versión española, especialmente completo y en buen estado, y si queremos hacernos con el nos tocará «pasar por caja», pues es de esos títulos que no se suelen ver con frecuencia a la venta. Como detalle curioso, es uno de los juegos incluidos en la Famicom Mini (la versión japonesa de nuestra Nintendo Classic Mini NES) y que no se incluyó en la selección occidental. También recibió un remake por parte de la compañía Atlus para la portátil de Nintendo, la GameBoy Advance, que sólo apareció en suelo norteamericano.

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