En la década de los 90 las videoconsolas portátiles se habían extendido, en gran parte, gracias al éxito de la portátil de Nintendo, la GameBoy (que recordemos, llegó al mercado europeo en 1990, hace ya 26 años). Esta consola supuso un antes y un después para muchos jugadores, ya no sólo a la hora de jugar fuera de casa (los viajes desde Madrid al levante nunca volvieron a ser lo mismo) si no también a la hora de tener un poco de “independencia” para poder jugar en cualquier momento. Por aquel entonces, no era tan habitual como ahora tener varias televisiones en casa y en muchos casos jugar a tu consola de sobremesa se hacía complicado, y las consolas portátiles solucionaban ese problema.

Con el éxito de la máquina de Nintendo comenzaron a llegar al mercado multitud de accesorios de todo tipo con los que “tunear” nuestras Gameboy, pero entre ellos, destacaban los conocidos como Boosters, unos armatostes en los que introducir nuestras consolas y despojarlas de todo aquello que las convertía en portátiles. Hoy os presentamos los dos Booster más espectaculares aparecidos en el mercado.

Booster (Saitek, 1993)

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De la mano de la empresa Saitek, una habitual en la fabricación de accesorios y periféricos para nuestras consolas por aquellos años, nos llegó el espectacular Booster. Hay que reconocer que, a día de hoy, puede parecer un “muerto” sin demasiada utilidad, pero viéndolo con algo de perspectiva, ¿qué chaval a mediados de los noventa no querría uno de estos?. Conozcámoslo con más detalle.

Controles “Palanca de mando de alto rendimiento”

Con estas palabras se describe en la propia caja del Booster la palanca y botones de control. Tanto el pequeño joystick (tipo seta) como los botones de acción funcionan mediante un sencillo mecanismo que, directamente, presiona los botones de la propia Gameboy, lo que hace que pese a ser un control aceptable, no llega al nivel de precisión de jugar directamente con la cruceta de la consola, algo que puede ser un lastre en según que juegos.

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El pequeño joystick de control cumple su función sin alardes, quizá el control sea el detalle menos destacable de este Booster, algo fundamental en este tipo de accesorios

Sonido “Sonido súper estéreo”

Como no podía ser de otra forma, y aprovechando el espacio disponible en un “cacharro” de este tamaño, el Booster cuenta con dos potentes altavoces que amplifican el sonido de nuestra gameboy, además de reproducirlo en estéreo ya que lo extrae directamente de la salida jack de nuestra consola (que recordemos, sólo cuenta con un altavoz, pero la salida para auriculares sí saca el sonido en estéreo, todo un detalle)

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Al levantar la tapa, vemos el espacio que alberga la consola, junto el cable jack para el audio y el conector que aporta alimentación externa a nuestra Gameboy, directamente de las baterías del Booster

Pantalla “Lente de aumento ajustable con luces”

Este era uno de los detalles que más llamaba la atención en este tipo de accesorios. En según que condiciones, por ejemplo, con poca luz (o con la luz apagada mientras nuestros padres dormían, y no podíamos dejar a medias esa mazmorra del Link’s Awakening) poder iluminar la pantalla era un lujo al alcance de pocos. ¿Quién no ha jugado nunca a la Gameboy bajo las sábanas buscando el ángulo perfecto de luz con una linterna? Con Booster, ese problema estaba solucionado.

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La lupa retráctil permitía ganar unas pulgadas a las pequeñas pantallas de nuestras Gameboy, además de iluminarla en caso de necesidad. Con luz natural, el efecto de la iluminación no aportaba demasiado

Una potente lupa, que podemos ajustar al ángulo de visión que nos plazca, y varias pequeñas bombillas convertían nuestra “pequeña y oscura” pantalla en algo con mucha más presencia. Aunque a la hora de la verdad, jugar con la ampliación de pantalla podía hacerse algo molesto, y muchos optaban por sólo aprovechar la iluminación en caso de necesidad.

Otros detalles

Por si todo esto fuera poco, el BoosterBoy guarda aún más sorpresas. En su parte inferior, además del espacio para albergar 4 pilas tipo C (también cuenta con conector para alimentación externa), tiene un compartimento para guardar tus cartuchos favoritos o unos auriculares.

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En conclusión, un booster interesante, que doy por seguro que muchos disfrutaron en su época, pero sobre todo, fardaron con los colegas con tal armatoste con la excusa de potenciar sus Gameboy. Actualmente, no es complicado conseguir uno en el mercado de segunda mano, por precios a partir de 20/25€ para unidades sin caja. Más difícil es verlos completos con su caja original, sobre todo en su edición en castellano.

Hyper Boy (Konami, 1991)

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Konami no sólo nos dejó grandes joyas como las sagas Castlevania o Probotector como legado para nuestras queridas Gameboy, también hemos de agradecerles accesorios como del que hoy hablamos, el HyperBoy. El diseño de este booster se inspira claramente en las máquinas arcade, tan de moda en la época, más sencillo y estilizado que el Booster de Saitek, lo que aseguró que a muchos se nos cayera la baba con tan solo ver las primeras imágenes en las revistas del momento. Y os hablo con conocimiento de causa, pues un HyperBoy fue uno de los regalos de reyes de éste humilde coleccionista unas navidades hace ya veintitantos años.

Controles, precisión japonesa

El joystick de bola nos recuerda a los típicos controles arcade japoneses (como los Semitsu o los Sanwa tan comunes en las máquinas niponas). El mecanismo que acciona los botones es similar al del BoosterBoy, aunque notablemente más preciso que éste. Mediante un sistema mecánico la palanca acciona directamente cruceta y botones de acción.

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Sorprende la suavidad y precisión del joystick, que nos permite jugar a títulos que requieran de cierta habilidad con soltura, aunque por supuesto, queda algo lejos de la cruceta de la propia consola

También tenemos la posibilidad de elegir si queremos jugar con el joystick en 4 u 8 direcciones (con o sin diagonales) mediante un selector ubicado sobre el propio joystick, como si de una auténtica palanca arcade se tratara. El resultado es bastante digno, se deja jugar con buenos resultados, convirtiendo nuestras consolas en pequeñas recreativas.

Sonido, potencia contenida

Uno de las características que normalmente este tipo de boosters mejoran es el sonido, y este HyperBoy no podía ser menos. Al deslizar nuestra Gameboy en el (encaja como un guante), se conectará directamente a una clavija jack que nos aporta un sonido estéreo por sus dos potentes altavoces, ubicados en los laterales. Como pequeño aporte personal, uno de los detalles negativos a destacar de este gran accesorio sería el consumo excesivo de pilas jugando con un elevado volumen, que literalmente las fundía en pocas horas.

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El interior del HyperBoy nos deja ver la parte exterior del mecanismo que acciona los controles, así como la clavija jack que se conecta a nuestra consola. Un diseño sencillo y robusto que cumple con su cometido a la perfección

Pantalla, ¡Hágase la luz!

En este caso, contamos con una lente de ampliación fija, y también con luz. El detalle de la luz es especialmente destacable, ya que al ir en un compartimento cerrado por la propia estructura del HyperBoy, el resultado es bastante bueno, aunque eso si, nos obliga a jugar con la lupa puesta (las pequeñas bombillas van montadas sobre la estructura de ésta). En el caso de la lupa, al tener un tamaño contenido, la ampliación resultante no es demasiado exagerada y se hace cómodo jugar. La pieza completa puede ser retirada.

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Dos pequeñas bombillas, montadas directamente sobre la estructura de la lupa, son las encargadas de iluminar nuestra pantalla en la oscuridad. Se agradece el detalle de incluir una bombilla de repuesto por si las moscas

Otros detalles

En general, el diseño y los acabados del HyperBoy son muy buenos, se nota la mano de una compañía como Konami. Funciona con dos pilas tipo D (sí, de “las gordas”) que se alojan en su parte inferior. En este caso, no contamos con posibilidad de conectarlo a una fuente de alimentación externa. Otro detalle que muchos agradecerán, es la posibilidad de ajustar la altura de las “patas” de nuestro booster, mejorando así la comodidad.

Manual de instrucciones

Las unidades distribuidas originalmente en nuestro país incluían instrucciones españolizadas en castellano, además del manual original, en perfecto japonés

Actualmente no es difícil ver unidades nuevas a estrenar a la venta en las páginas de segundamano, aunque hay que destacar que no son las exactamente las mismas unidades que SPACO distribuyó en su día en nuestro país, que incluían instrucciones en castellano. Hay que reconocer que es un placer tener la posibilidad de poder estrenar a día de hoy uno de estos “trastos”, que podréis conseguir por un precio en torno los 40€, como comentábamos, nuevo a estrenar.

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